La tierra es uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta a la hora de preparar el suelo para cultivar verduras u hortalizas en el mismo. En el caso que el cultivo se realice en una maceta no hay por que preocuparse, ya que lógicamente la elección de la tierra o sustrato podrás hacerla en función de lo que desees cultivar.
Sin embargo, conocer qué tipo de tierra es la más adecuada para nuestra huerto en el caso de que el mismo se vaya a realizar en el suelo es esencial para evitar cultivar en suelos poco o nada recomendables tu vegetales. Un suelo con una tierra de la mala calidad puede echar al traste tu cultivo, ya que las plantas no conseguirán desarrollarse y crecer adecuadamente.
Qué tipo de tierra es la más adecuada para nuestro huerto
¿Qué tipo de tierra es la más adecuada para nuestra huerto? Si dispones de un pequeño terreno en tu hogar, una pequeña parcela en la que deseas cultivar tus propios alimentos es necesario que antes de dar ningún paso en falso te asegures del tipo de tierra que compone tu suelo. Lo más adecuado es que la tierra cumpla con las siguientes características:
- Ha de ser un suelo que tenga un elevado contenido en materia orgánica
- La tierra debe tener un pH que ronde los 5’5
- La humedad de la tierra puede ir del 6% al 11%
- Es conveniente que contengan un 12-25% de arcilla
- Que el suelo sea profundo y mullido para dejar espacio a las raíces
- El suelo ha de ofrecer un buen drenaje para que el agua fluya
Lógicamente, para poder conocer todos estos datos, será necesario que realices un análisis previo de la tierra o suelo en el cual deseas cultivar. Para ello dispones de varios laboratorios que se podrán encargar de realizar las valoraciones necesarias con tan solo tomar una muestra. De este modo podrás conocer los minerales de los que dispone la tierra, así como su acidez.
En el caso de que el nivel de materia orgánica sea bajo, la solución solamente consistirá en añadir abono o estiércol que aporte a la tierra o suelo los nutrientes que necesitan las plantas para crecer y desarrollarse correctamente.
Controlar la acidez del suelo no es tan sencillo, ya que aunque el estiércol o compostaje son grandes aliados para reducir su acidez, no se logra de un día para otro. Se trata de un proceso que lleva tiempo, algo de lo que muchas veces no se dispone. Entonces, ¿qué hacer? Una solución a este problema sería aplicar sulfato de aluminio para lograr el pH deseado.
Recuerda que antes de proceder a cultivar ningún tipo de planta deberás eliminar toda la maleza, oxigenar la tierra (cavando y removiendo la tierra al menos hasta 20 cm de profundidad), allanar el terreno y finalizar enriqueciendo la tierra con un abono específico o adecuado para aquello que se desee cultivar.
Ahora que sabes qué tipo de tierra es la más adecuada para nuestro huerto, ahora que sabes cómo debe ser tu suelo, no esperes a ponerte manos a la obra para conocer las características particulares del suelo en el que deseas realizar tu cultivo.