Compartir un huerto urbano es indiscutiblemente toda una aventura, una aventura que requiere de trabajo, dedicación y responsabilidad por parte de todos los participantes, ya sean miembros de la familia, vecinos de una comunidad o estudiantes de un colegio.
Lo ideal para poder mantener en buen estado un huerto urbano es que todos aquellos que participan compartan las tareas a realizar, ya que de este modo todos se comprometen con este proyecto, todos colaboran y todos podrán aprender mucho de esta actividad.
Compartir un huerto urbano: Principales consejos para repartir las tareas sin problemas
El hecho de que todos colaboren en un huerto urbano no significa que las decisiones se deban tomar de manera individual, más bien todo lo contrario, la toma de decisiones deberá realizarse de manera conjunta, promoviendo la organización entre todos los participantes.
Podría decirse que un huerto urbano es similar a una escuela, ya que todos y cada uno de los participantes aprenden juntos, aprenden en grupo, no existen los maestros, todos son alumnos buscando empaparse de los conocimientos de crear, cuidar y mantener un huerto urbano. Lo más importante es divertirse y tener siempre iniciativa.
Tampoco puede decirse que exista un único modelo de huerto urbano a seguir. Todo dependerá del acuerdo al que lleguen todos los que participan en el huerto, en función de sus preferencias y predilecciones. No cabe duda alguna que el material estrella para poder crear un huerto urbano son las personas.
Evidentemente, tal y como se mencionaba, es importante saber repartir las tareas entre todos los miembros, que todos colaboren y evitar sobrecargar con todas las tareas a realizar a una sola persona. Las tareas a realizar deberán ser repartidas a modo equitativo. Lo ideal es probar, aprender y evolucionar de los errores, ya que no existe una norma por excelencia que funcione.
Todo dependerá de cada persona, de cada grupo, de cada comunidad. Es importante tener en cuenta que los participantes deberán comprometerse a participar en todo momento, de lo contrario dicho proyecto quedará cojo y no tendría un buen final. Obviamente, todos deberán contribuir en su funcionamiento y entre todos deberán ser capaces de aportar los recursos necesarios para su puesta en marcha.
Es importante detenerse a pensar: ¿Realmente estáis preparados para repartir las tareas? ¿Realmente seréis capaces de organizaros con su trabajo? Es esencial que el grupo de trabajo se consolide para evitar que haya conflictos futuros.
Compartir un huerto urbano es una labor que debe hacernos crecer personalmente, por lo que es importante que se dejen de lado las diferencias con otros miembros del grupo para que todos colaboren y pongan su granito de arena. En este sentido la comunicación entre todos será un aspecto indispensable.
Compartir un huerto urbano no tiene porque convertirse en una odisea si todos ponen de su parte y todos se comprometen a realizar una tarea, ya sea regar, eliminar malas hierbas, recolectar, o cualquier otra actividad. Solo es necesario estar dispuesto a dar lo mejor de sí mismo.